JUPITER: (Piscis - Sagitario) Es hijo de Saturno y a su vez padre de todos los dioses. Esta precedencia nos está dando no sólo la idea de energías que se establecen jerárquicamente, sino también la de un orden invariable. Si la influencia de Júpiter como progenitor benéfico, entidad generosa, amante de la vida, y gracioso y misericordioso Señor del mundo, puede advertirse en todas las cosas, por detrás de él se halla la energía profunda y concentrada de Saturno, que Júpiter transforma y convierte en actuante. El alimenta constantemente la hoguera de la vida y sus efluvios regeneradores procrean de continuo nuevos seres, ideas y cosas, sin limitación.
MARTE: (Aries - Tauro) Y si la energía de Júpiter brota constantemente como una fuente, Marte ha de limitarla para que ésta tome forma, destruyendo todo lo inútil, lo innecesario y superfluo, en el teatro del mundo. Este belicoso destino caracteriza a Marte,dios de la guerra y de la destrucción necesaria para que pueda edificarse incesantemente el Cosmos y el hombre que lo habita.
SOL: (Leo) Es el generador de todas las cosas y de la vida tal cual ella se expresa, de una manera natural. Es además el intermediario directo entre lo inmanifestado y la manifestación. Su energía, que extrae de lo más oculto de las posibilidades del cielo, es proyectada sobre el plano de la creación produciendo todas las cosas manifestadas. Su ubicación central es imprescindible para la vida, a la que sella y conforma con su energía radiante. Es también un módulo cíclico. Todos los planetas confluyen en él, y sus características se expresan asimismo en ellos.
VENUS: (Tauro – Libra) Diosa del Amor, se encarga de unir los fragmentos dispersos del ser y el universo. Como todas las estrellas, tiene dos aspectos contradictorios entre sí. En su faz más alta se relaciona con los misterios espirituales y místicos del amor. Su cara más baja se halla en relación con la personalidad y se expresa por la posesión y la energía genital.
MERCURIO: (Géminis - Virgo) Mensajero de los dioses, él se encarga de distribuir las fuerzas del espacio, volcándolas sobre la tierra. Es él quien nos transmite las buenas y las falsas venturas (es el dios de los comerciantes y también de los ladrones) y su rapidez, entusiasmo y versatilidad a veces nos confunden, pero en todo caso nos movilizan siempre, y bien entendido, es un aliado cuyas revelaciones se 18 hacen imprescindibles a lo largo del camino de la vida y en la Vía Simbólica del Conocimiento.
LUNA: (Cáncer) Diosa madre por excelencia, está relacionada por lo tanto con la Tierra –de la que ella es una imagen celeste–, la fecundación y la potencia esencial de la savia y los efluvios vitales. Su relación con las aguas y la oscuridad resultan sencillas de comprender. Preside la noche, y su débil luz y la periodicidad de sus ciclos, nos anuncian la presencia de otras realidades ocultas, más allá de los fenómenos psíquicos que constituyen su reinado.
TIERRA: En ella maduran las energías de los astros que concretan la "materia" del mundo. Es por lo tanto símbolo de la densidad y de la atracción de la gravedad hacia lo bajo. En su seno bullen energías análogas a las de las estrellas y se cocinan los sucesos y las cosas más evidentemente sustanciales. Sin embargo es con este caldero, y su fuego, con el que se pueden sublimar esas energías. Planetas Regentes Cada signo del zodíaco está asociado a un planeta que lo rige, llamado
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